Jesús Castillo
El tema de la homosexualidad ha estado
causando polémica desde hace ya varios años. Se han generado protestas,
legalizaciones, conflictos y hasta negocios en cuanto al tema de la “liberación
gay”. Cada día esta comunidad está
haciendo mayor ruido entre los medios y el cine no fue la excepción, cosa que
el director Abdellati Kechiche supo aprovechar para llevar a la pantalla “La
vida de Adele”, película francesa que narra el proceso de inclinación sexual
que sufre la protagonista hacia las mujeres a través del enamoramiento de Emma,
una artista que conoce en un bar lésbico y que la acompaña en su desarrollo
personal como pareja; involucrando todos los sentidos tanto personales como
exageradamente sexuales.
La película tiene una duración de tres horas, de las cuales casi un
tercio está empleado como pornografía artística (por así decirlo). Esta
producción ganó la Palma de Oro en el 2013 y la primera mitad lo merece
bastante. La introducción de los personajes se emplea de una manera tan sutil y
bien estructurada que no se siente el transcurso del tiempo. Poco a poco te van
metiendo en la vida de Adele y pareciera ser que como ella, también quieres
saber qué más hay en su vida. Durante este proceso y toda la trama se utilizan
diálogos muy extensos pero con alto contenido de calidad que no sólo entretiene
sino que da dirección y continuidad correctamente a la historia sin proponer
cosas de más. En materia de guionismo esta parte puede llegar a ser difícil,
sin embargo lo supieron llevar a cabo tal y como vemos en otras producciones
como “Perros de reserva” o la trilogía de “Antes del amanecer”.
Por otro lado, la segunda mitad llega a ser cansada no sólo por el hecho
de que dura otra hora y media, sino porque ocurren ciertas situaciones que
brincan al espectador y que dejan en duda. Dos ejemplos claros es la omisión
del contarle a los padres de Adele que es lesbiana y la otra es cuando termina
la escuela y ya vive con Emma su vida adulta. En general, la película está
basada en los capítulos uno y dos del libro “el azul es un color cálido” y es
en el cambio del primero al segundo donde pareciera ser que se deja de lado
todo el proceso de la adolescencia a la adultez de las protagonistas para
seguir adelante, cosa que deja incompleto. Otro factor que aturde es la
exageración en cuanto a los gemidos de las actrices. Es verdad que se quería
exponer la pasión del cuerpo humano a través de la sexualidad, pero llega un
punto en el que pareciera ser que gimen por todo y de la cosa más mínima.
Además, hay un punto en donde la combinación de planos se mantiene en los
“close ups” y resulta cansado al ojo humano ver el mismo una y otra vez.
Dejando de lado estas puntuaciones, la larga duración de escenas de sexo
o “cachondeo” y la terminación incierta de la película, “La vida de Adele”
cumple su cometido en cuanto a la transmisión del mensaje y las emociones por
escena. Se manejan planos fijos, una fotografía respetable, diálogos
interesantes y silencios envolventes; pero nada se compara con las actuaciones
ejecutadas. No hay escena en donde no se presente un conflicto y por lo tanto
una emoción, cosa que todos los involucrados supieron transmitir de la mejor
manera al público. Aunque el reparto mantiene una queja ante su director por la
explotación que les ocasionó, claramente se ve el resultado espectacular que
esto obtuvo.
La vida de Adele (2013)
Dirección:
Abdellati Kechiche
Guión: Abdellati
Kechiche, Julie Maroh, Ghalia Lacroix
Reparto:
Lea Seydoux (Emma), Adele Exarchopoulos (Adele)
Fuente: http://www.imdb.com/title/tt2278871/fullcredits?ref_=tt_ov_st_sm
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