Jesús Castillo
Entrar a ver “Amor a la carta” sin ningún tipo de alimento,
ya sean palomitas o un baguette, puede ser considerado como un gran error ya
que la trama en sí inicia y se basa en la apetecible comida que se nos presenta
en pantalla. Esta película, dirigida por Ritesh Batra, presenta la historia de
un hombre y una mujer que llevan una vida solitaria en una de las ciudades más
pobladas del mundo y que encuentran una conexión a través de un medio de
comunicación casi obsoleto: la carta.
Por medio de
un sistema de entrega de comida casi perfecto, Fernandes recibe el almuerzo
erróneo que lo lleva a un giro inesperado en su vida. Conoce a Ila, la cocinera, únicamente por
pequeñas notas que se mandaban en el envase de la comida y que posteriormente
se convierten en cartas donde su contenido los guían a querer encontrarse en
persona y crear una vida juntos; lo cual parece imposible debido al contexto
que los acecha: la diferencia de edades.
El género de
esta producción es una comedia romántica. Como ya se ha presenciado en varias
películas del mismo género, lo que se pretende lograr es una combinación de
emociones que hagan al espectador pasar de una carcajada a un momento de
seriedad, reflexión y hasta tristeza sin perder la esencia de la historia. “Amor
a la carta” maneja muy bien este factor. Presentan las situaciones y el
contexto de cada personaje casi sin usar diálogos, es decir, puramente visual a
través del uso del espacio. A partir de esto y después de generar un estado de
ánimo y ritmo en el público, rompen con inteligencia el mismo al plantear a
Shaikh, un personaje extra que desde su apariencia, forma de comunicación
verbal y manera de desarrollarse dibuja una sonrisa en los espectadores. Entre
él y la tía de Ila se juegan el papel de amenizar, tapizar o nivelar la
combinación de drama/comedia de la trama.
Los aspectos técnicos también dejan un
buen sabor de “vista”. El uso de colores opacos o neutros dan apoyo a la
situación emocional de los personajes mientras que la iluminación cálida entra
en las situaciones cómicas o alternas al conflicto principal de los
protagonistas. Por otro lado, el director optó por manejar planos cerrados
durante casi toda la película. Esta decisión ocasiona cierta frustración o
sentimiento de encierro, cosa que pueden estar sintiendo los mismos personajes
al sentirse atrapados en su rutina de vida. Además supieron crear de manera
clara el sentimiento de soledad, siendo que normalmente se usarían planos más
abiertos con poca gente, cosa contraria a lo que se ve en esta película.
En general, “Amor a la carta” refleja
un buen equipo de producción con una manera de trabajo ordenada. Los diálogos
que presentan no sólo mueven a la historia sino que ofrecen un contenido extra
para adoptar y reflexionar. Todas las actuaciones principales son excelentes a
excepción de la del esposo de Ila, quien vagamente aparece en la historia y
cuando lo hace se nota forzado y no te atrapa en el papel. Otro aspecto que
puede llegar a brincar del guión es la velocidad con la que Fernandes e Ila se
interesan entre sí, parece sacado de la manga y muy repentino que se quieran
conocer para irse a vivir juntos. La situación no fue tan progresiva como debió
de haber sido, pero fuera de esto es una película muy recomendable que además
de permitirnos ver otras costumbres, la idea original y desarrollo valen la
pena ver.
Amor a la carta
(2013)
Director:
Ritesh Batra
Escritor:
Ritesh Batra
Reparto:
Saajan Fernandes (Irrfan Khan), Ila (Nimrat Kaur), Shaikh (Nawazuddin
Sidiqqui).
Fuente:
http://www.imdb.com/title/tt2350496/fullcredits?ref_=tt_ov_st_sm
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