martes, 25 de marzo de 2014

Noé y la eterna guerra de la fantasía contra la ¿realidad?


Jesús Castillo

México es uno de los países con más católicos en el mundo y, al ser vecino territorial de Estados Unidos, también tiene grandes influencias en cuanto al ámbito cinematográfico, pero ¿en qué se relaciona un punto con el otro? Hemos visto grandes producciones enfocadas a pasajes bíblicos o relacionadas con la historia del hombre hasta la partida de Jesucristo como “La pasión de Cristo” de Mel Gibson o “Ben Hur” de 1959 dirigida por William Wyler. Este tipo de películas tienen una gran ventaja comercial por el hecho de narrar una historia perteneciente a nuestra religión pero pueden llegar a tornarse en un punto frágil para la carrera de los realizadores si no se complace al fanatismo religioso o va en contra de sus creencias.
         Es este mismo problema con el que está lidiando la nueva película del director Darren Aronofsky “Noé”. Primeramente ha tenido problemas en cuanto a la distribución, pues se lanzaron tres versiones diferentes de la historia y al parecer recibieron críticas muy negativas. Por otro lado, el director (que es ateo) confesó que “Noé” tenía la finalidad de recrear una historia fantástica que todos conocemos y que no era de su importancia la opinión pública de ésta. La mayoría del público recibió esta película con una postura rechazadora debido a la falsedad de los hechos y la modificación que le hicieron a lo que en realidad pasó o cómo normalmente se cuenta este hecho.
         Es verdad que ante un público fanático y religioso estos elementos pueden llegar a afectar los números en taquilla, pero nosotros no estamos aquí para criticar el contexto del espectador ante la producción por fuera de la sala del cine sino para analizar la película en sí.
         En general y como ya lo mencioné arriba, “Noé” tiene una línea narrativa interesante al basarse en la famosa historia del fin de la humanidad gracias a un diluvio, pero esto se convierte en un punto en contra por una sola razón: la historia es tan famosa que todo el público ya la conoce. La primera mitad se enfoca en explicar qué es lo que va a suceder y en justificar las acciones de los personajes, por lo que al ya saber qué sucede, se presenta el aburrimiento. Lo verdaderamente atractivo comienza en la batalla del bien contra el mal y en la vida dentro del arca.
         La creación de personajes, sus motivaciones y la manera en la que hablan recaen en lo dramático o “glorioso”, es decir, sus movimientos son lentos y muy marcados al igual que los diálogos. No son versos los cuales estamos acostumbrados a escuchar pero el contexto o ambiente en la que presentan a los personajes justifican su estilo. Aunque el ritmo es muy diferente a nuestro estilo de vida actual, el guión cuenta con un discurso interesante y citas que hacen cuestionarte verdaderamente el por qué sucedió el pasaje de Noé.
         El uso de recursos fantasiosos como los ángeles caídos convertidos en rocas y los poderes sobrenaturales de los personajes ocasionan un poco de ruido pues desvía la manera en la que ves la película y la convierten en otra historia más de ciencia ficción; pero vuelvo a lo mismo, tal vez esa era la intención del director y escritor, nada justifica que Noé no haya sido un personaje mítico fuera de la realidad.
         “Noé” es una película recomendable en cuanto a la adaptación innovadora de la historia y la construcción de conocimientos culturales generales. Funciona a partir de la primer gota caída del diluvio hasta la frustración que Russell Crowe desprende al no saber qué es lo que El Creador quiere de él, pero la duración es de más de dos horas, de las cuales, se pudieron haber ahorrado toda la primera parte de la explicación de los hechos y enfocarse al dilema moral de los protagonistas.   

Noé (2014)

Director: Darren Aronofsky
Escritores: Ari Handel y Darren Aronofsky
Reparto: Russell Crowe, Jennifer Connelly, Ray Windstone, Anthony Hopkins, Emma Watson, Logan Lerman
Fuente: http://www.imdb.com/title/tt1959490/

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