miércoles, 5 de marzo de 2014

La ropa sucia se lava en casa


Jesús Castillo

“La vida es muy corta” es la frase más común para concientizar a las personas de gozar cada momento de sus días, pues en un abrir y cerrar de ojos estos se habrán ido para siempre. Sin embargo, esta mentalidad no aplica para todos, pues algunos ven la vida como algo eterno donde cada segundo parece nunca terminar. Entonces ¿en qué radica la diferencia entre los unos y los otros?
         La película “las vueltas del destino” dirigida por John Wells, comienza con la frase escrita por T.S. Eliot: “La vida es muy larga” la cual representa uno de los rasgos principales de un adicto y de la cual parte toda la trama familiar que se observa durante dos horas. Básicamente el ambiente y las emociones que se presencian en la pantalla rinden tributo a la frase y no en el sentido de que la producción sea mala y parezca nunca terminar, sino que el montaje y realización cumplen con el trabajo de expresar por qué es que piensan así.
         La problemática sintetizada en una palabra es el resentimiento, pues éste se ve manifestado de diferentes maneras en la dinámica familiar, ya sea a través de secretos, de memorias o de actitudes agresivas que lo único que ocasionan es la dispersión entre los integrantes del núcleo familiar y la tendencia de cada uno por terminar solo.
         Aunque la película carga con gran intensidad emocional donde para muchos puede llegar a ser saturado en cuanto a gritos, llantos y acciones bruscas; los diálogos rompen con la monotonía al meter frases interesantes que ocasionan risa y que en su trasfondo te explican el por qué cada uno actúa de esa manera en particular. Es verdad que esta producción no es fácil de digerir y puede llegar a ser cansado el estar escuchando problemas tras problemas en un mismo lugar durante pocos días, pero lo que la hace interesante es lo que hay detrás de lo que se ve, es decir, se puede comprender con claridad las motivaciones que mueven a los integrantes y cómo es que llegaron a formar esa personalidad tan enfermiza que no les permitía entablar una vida tranquila y sana sino una codependencia que giraba en torno a su madre.
         Hay un gran reparto donde cada uno sabe cuál es su papel y lo lleva a cabo de manera correcta, pero las actuaciones de Meryl Streep y Julia Roberts tienen tanta presencia que en un punto ocasionan que los demás se pierdan y se consideren como un simple relleno a la historia. Estas dos mujeres llevan a cabo tan bien sus personajes que en verdad sientes la frustración y el rencor que existía entre ellas, no te cansas de ver sus expresiones y de saber qué cosas dirán o cómo actuarán para seguirse echando tierra hasta enterrarse por completo entre cada una.
         El principio de la historia se centra en conocer a los integrantes y su relación entre cada uno. Este proceso llega a ser un tanto lento que ocasiona falta de concentración, pero para la mitad de la trama sabes cómo se mueve cada uno y, en el punto en donde como espectador también te sientes enojado con los personajes, sientes alivio al saber cómo terminan, sin embargo, al final sólo se centran en estas dos actrices y las historias de los demás personajes quedan inconclusas y te dejan con incertidumbre; pero en general, “Las vueltas del destino” vale la pena verla para conocer cómo es que una familia basada en rencores, adicciones y secretos se desenvuelve y cómo es que los descendientes son los que sufren más no sólo por sus problemas de relacionarse, sino porque cuando lo hacen transmiten los mismos patrones a sus seres cercanos.

Las vueltas del destino (2013)
Director: John Wells
Escritor: Tracy Letts
Reparto: Meryl Streep, Julia Roberts, Chris Cooper, Ewan McGregor, Margo Martindale, Sam Shepard, Benedict Cumberbatch, Abigail Breslin.
Fuente: http://www.imdb.com/title/tt1322269/fullcredits?ref_=tt_ov_st_sm

No hay comentarios:

Publicar un comentario