martes, 21 de mayo de 2013

Seven

Las historias que más recordamos son las que no sucede lo previsible. Cuando estás sentando viendo una película y algo te hace querer levantarte por lo inesperado dentro de la historia, es cuando un buen guionista está detrás. Hay largometrajes con historias que se van definiendo desde mucho antes que sucedan las acciones mismas. Seven, no es uno de esos casos.

Con maestría Andrew Kevin Walker logra mantener tensión a lo largo de las más de dos horas de película, pintar los personajes y situaciones con acciones e imágenes sutiles, llevarte a lo inesperado. Desde que comienza la película se describe perfectamente el personaje del Detective Somerset (Morgan Freeman). El orden en la casa, el modo como se viste y dobla su ropa, nos van pintando el personaje. De igual manera se describe desde la primera acción al Detective Mills (Brad Pitt). Se le ve sucio, descuidad, primario y acelerado. De igual manera se va pintando al asesino mismo con sus acciones y a través de las suposiciones de Somerset.

La línea narrativa da el primer punto de giro cuando sabes que no es un asesinato normal sino que es uno de muchos más que vendrán y que están conectados con los siete pecados capitales. Los asesinatos se van en paralelo con las historias personales de Mills y Somerset. Todo en función de la última secuencia. La estructura es bien pensada ya que no solo son los asesinatos uno tras otro, sino que se van mezclando con otras acciones.

El primer encuentro con el asesino es un punto de giro necesario. De ahí se desencadenan todas las acciones que van formando el final. Y es justo en esta secuencia final donde el escritor hace su mejor labor. Mantiene una tensión profunda por más de diez minutos. El camino en el coche es largo. No sólo los detectives esperan sin saber qué pasará, sino que el público lo siente igual. Es una espera larga y sin tener la mínima idea de lo que sucederá. Las acciones pasan con lentitud pero funcionan muy bien. La tensión es muy grande.

Este es un guión digno de admiración. Contiene todo lo que debe y lleva al público a entrar en el mundo de John Doe (Kevin Spacey) de modo extraordinario.

Por Adrián Gútiérrez

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