martes, 12 de marzo de 2013

Cinema Paradiso


Il fuoco diventa sempre cenere, anche l'amore più grande prima o poi finisce”. El fuego siempre se convierte en cenizas, también el amor más grande tarde o temprano termina, dice Alfredo (Philippe Noiret). Todo está inmerso en un ciclo donde el cambio es el motor principal. Todo cuanto comienza tiene un desarrollo y un final. Es poco, muy poco en realidad lo duradero y sempiterno. Durante los 173 minutos de Cinema Paradiso, Giuseppe Tornatore muestra dicha realidad.

Vemos que la película se desarrolla en dos lugares principalmente: Roma y Giancaldo, Sicilia. Aunque éste último ficticio, se nos muestra claramente un típico pueblo siciliano de finales de la primera mitad del siglo XX. Durante todo el segmento de la película donde Salvatore es un niño, el pueblo se muestra pequeño, donde todos se conocen. Las costumbres son tradicionalistas aunque ya se nota una cierta ambivalencia en lo que se vive en común y lo que realmente se piensa y gustaría vivir. Esto se ve en cómo el párroco de Giancaldo corta las escenas que en general el público, no sólo está dispuesto a ver, sino que desean verlo. Es de notar cómo la vida en general del pueblo se desenvolvía alrededor de la parroquia y el cine. La pobreza que se vive es la “normal” que se vivía en esos años de la postguerra.
           
Ya en la segunda etapa, cuando Salvatore es joven, se evidencia un pueblo diferente. La pobreza ya no es la de antes. Ya se ven más avances como son los automóviles, un cine más avanzado con mejores recursos técnicos. El mismo Alfredo dice cuando vuelve al nuevo Cinema Paradiso: “Il progresso! Sempre tardi arriva(¡El progeso! Siempre llega tarde). Es una época que ya se pinta con los colores de la prosperidad.

En la tercera etapa, con Salvatore adulto, vemos ya una cultura más parecida a la nuestra. Parece que es una ciudad la que ha caído sobre el antiguo pueblo y la ha transformado. Dos veces se detiene la cámara para enseñar los espectaculares de propaganda moderna revistiendo lo que era una plaza casi desnuda. El Cinema Paradiso, ya no es el centro del pueblo sino un edificio más que es destruido para hacer un estacionamiento. Las necesidades ya son otras.

Todo esto que se ha dicho permanece en lo más evidente, en el mundo concreto donde se vive. Los significados explícitos que saltan a la vista son, sobre todo, algunas frases en el diálogo del largometraje. Una de las principales es de la que se mencionó al inicio de este ensayo. A ese, añado algo que dice la madre de Salvatore: “La fedeltà è una brutta cosa: se sei fedele, sei sempre solo” (La fidelidad es una cosa pesada: si eres fiel, estás siempre solo). Como idea madre de esta obra de Tornatore, la fidelidad en el tiempo es esencial. Se muestra cómo el amor puede perdurar, sin embargo, también es víctima del tiempo, de la mutación. Esto se demuestra cuando en los últimos minutos Elena adulta le dice a Salvatore: “No, Salvatore, non c'è futuro: c'è solo il passato” (No Salvador, no hay un futuro: sólo está el pasado). Es decir, lo que sucedió queda ahí y se ha de considerar tal como es, eventos del pasado. Ya lo había dicho Heráclito, filósofo griego, Panta rei, todo fluye.

Son varios los temas que se transmiten en la película. A mi parecer, veo que hay uno que es central: los cambios. Como ya hemos visto, el largometraje se divide en tres donde se puede ver tres etapas en la vida de una persona: infancia, juventud, adultez. Es un retrato de la vida de un niño que se convierte en un hombre exitoso gracias a sus sueños pueriles. Todo cambia. Cambia él en su forma de ser, de pensar y de amar. Cambia en su relación con los demás y consigo mismo. Cambia el pueblo de manera drástica. Cambia la época, cambia el modo como se vive, cambian las diversiones. Cambia Cinema Paradiso; comienza en un ambiente tranquilo y casi inocente con el influjo del párroco, pasa a un lugar más hostil donde incluso se usa para el sexo pagado y termina con su demolición.

Por otro lado, está el tema de la fidelidad. ¿Es verdad que el que es fiel permanece solo? Eso es lo que se expresa directamente en el guión. Pero no se queda en los labios de la madre de Salvatore. Esto se ve en toda la película. La primera escena donde surge esta idea es cuando el joven Salvatore permanece fuera de la casa de Elena esperando que salga y diga que sí. Soledad. Esperar, ser fiel al amor es permanecer solo debajo de un balcón. Mientras se muestra a su familia feliz festejando por el año nuevo, del otro lado Salvatore continúa solo.

En la primera secuencia aparece un Salvatore frío con la mujer que está en su cama. Ha tenido muchas pero no se ve que las ame. Y a la que tiene actualmente tampoco. Esto demuestra una soledad interior grande por ser fiel (aunque sería bueno revisar si eso es en verdad fidelidad) al amor más profundo y único que tiene. El mensaje es claro. Por otra parte, su madre es fiel también a lo que Alfredo pidió de Salvatore, que no vuelva. Ella sufrió la ausencia de su hijo y sin embargo quiso ser fiel a esa promesa y jamás le hace regresar aunque su corazón gritara por dentro buscando a su hijo.

Cinema Paradiso es una película que ha encantado a millones de gente. Un premio Óscar, dos en Cannes, un Globo de Oro, entre otros. La belleza de su música se une a la cautivadora historia de amor, fidelidad y cambio. Será una película que permanecerá siempre actual. Mientras el mundo siga cambiando, seguirá siendo un referente en la vida de aquellos espectadores que no quieren salir de las salas de Cinema Paradiso.

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