martes, 30 de abril de 2013

Sweeney Todd: The Demon Barber of Fleet Street


UN DELICIOSO PAY DE GUIÓN 

Dirección: Tim Burton 
Guión: John Logan, Thomas Stevenson
Musical: Stephen Sondheim, Hugh Wheeler

Esta adaptación del mito londinense cuenta con muchos recursos que la hacen funcionar más allá de una historia sanguinaria. 

En primer lugar es la clásica historia del Conde de Monte Cristo, con un poco más de canibalismo. Esta fórmula del hombre que es llevado injustamente a una prisión recóndita para que un señor poderoso se pueda quedar con su esposa y años después regresa sediento de venganza se ha visto en miles de obras. Lo que hace importante e interesante a esta versión de Sweeney Todd son los escenarios oscuros que se recrean, las caracterizaciones de los personajes y la excelente interpretación por parte de los actores de ese mundo desquiciado. 

El guión es muy claro, perfila las características que tendrán los personajes gracias a las acciones que se marcan en el; la apatía, el cinismo, la ira y la ingenuidad son emociones y sentimientos que hacen girar toda la historia. 

El guión no juega a esconder estos aspectos para que el público descubra poco a poco estas características, sino que las presenta rápidamente para que el espectador se pueda concentrar más en tratar de descubrir que camino tomaran a los participantes de esta obra y que desenlace tendrán. Se dan pistas muy bien camufladas, gracias a esto al revelar la información causa gran sorpresa por ese giro tan inesperado de sucesos. 

En la historia siempre está pasando algo, aunque el barbero pudo haber afeitado algunos detalles, el contenido de relleno sirve para empalizar más con los protagonistas, acercarse a ellos y  dar un respiro a el estrés de una historia escalofriante para después volver cada vez con más intensidad a un acontecimiento sangriento. Además de dar lugar a una serie de canciones para lograr este musical. 
Aunque es un musical, no es tedioso, las canciones son ingeniosas y van de acuerdo a lo que desea expresar el personajes, no son melosas sino entretenidas y la manera de interpretarlas incrementa la emoción sentida al ver la imagen en pantalla. Los diálogos entre canción y canción son acertados, no estorban, son fluidos y naturales.

Para los que no les gustan los musicales esta pieza es divertida, ingeniosa y para nada cursi, es agil y no se siente que se trate de una canción y no un diálogo es por ello que tanto los guionistas como los creadores del musical merecen una oportunidad de apreciar su trabajo. 

Giovanna E. Flores Torres 

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